Lunes, 18 de mayo de 2015
Ouro Preto Brasil
Ya por Minas Gerais, tras un salto desde Lençois (Bahía) vía Salvador y Belo Horizonte. La mañana del último tour en Chapada Diamantina, dado que o soy un pupas o me han echado un mal de ojo, me salieron unos granos rojizos por varias partes del cuerpo. «Alguna alergia», pensé sin darle más vueltas. El problema es que cometí la torpeza de entrar a una farmacia a por un histamínico, y la farmacéutica, nada más verme la espalda, me soltó toda feliz que hacía unos días había pasado por allí una chica con síntomas parecidos y resultó ser… ¡dengue! Con los cojones por corbata le digo que eso es imposible porque yo no tengo fiebre ni he padecido vómitos o dolor. El caso es que me mandó para el hospital, con un blancazo que podéis imaginar, donde un médico, nada más verme, me confirmó que era una reacción alérgica (lo que imaginaba). Solución: un pinchazo en el culo y tres días a corticoides. Poco a poco voy levantando cabeza y el hecho de que hoy, lunes, casi todas las iglesias y museos de Ouro Preto tengan cerrado (por eso todas las fotos son exteriores) ayuda aún más a relajarnos un poco, que ya era hora tras tanto tute.
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