Lunes, 1 de mayo de 2017
Desconectar de ese Brno que, como digo, no transmite gran cosa.
Resulta obvio que los días de fiesta son los peores para viajar y es por eso que lo he tomado con calma (además de quedarme dormido) a la hora de visitar Brno y un castillo en los alrededores. El texto está a medias, lo publicaré mañana o pasado, y a fuerza de ser sincero he de reconocer que estos días en Brno y alrededores ya venían marcados como uno de los puntos más flojos de ruta. La razón es bien simple: cualquiera que haya viajado un poco por Europa oriental reconocerá que esta ciudad es bastante anodina. Que no os engañen, nadie con un mínimo de mundo recorrido y sentido de la responsabilidad, excepto los indecentes vende-burras que han venido aquí subvencionados por agencias de turismo, recomendaría esta ciudad existiendo otros lugares de interés mucho mayor en este país, y no es necesario mirar a Praga. ¡Y mira que se empeñan en promocionar y llenar de turistas Brno, con lo chulo que es Moravia! Por ejemplo el castillo de Pernstejn, que estaba cerrado cuando he llegado pero me ha dado juego para pasear por el bosque de sus alrededores y desconectar de ese Brno que, como digo, no transmite gran cosa. Mañana nueva excursión por Lednice, lo imagino petado de necios coleccionistas de patrimonios Unesco, y un Mikulov que apunta buenas cosas… eso si las conexiones no me fallan. El Karst Moravo ya queda para pasado mañana.
