Mercerreyas

Intro del vídeo resumen de India-Indonesia 2016

Martes, 24 de mayo de 2016

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Introducción del vídeo que resumirá…

Abrazado por el viento sur, extraño viento sur donostiarra, me veo, una vez de regreso, retomando el curro, el amor, la familia o amistades… y avanzando un poquito el trabajo audiovisual que se va acumulando. Esta mañana he subido la introducción del vídeo que resumirá la última ruta de más de seis semanas por India e Indonesia. Luego vendrán Corea del Sur y China. Queda mucho tiempo por delante para montarlos, todo el verano de hecho, porque será nada más iniciado Otoño cuando retome la senda americana para volver a México. Seguro que, hasta que ese día llegue, también encontraré un tiempo de repasar textos para el próximo libro y, ahora muy necesario, ahorrar, ahorrar mucho porque nuestro Euro vale cada vez menos en países que bullen de progreso. De India, gracias al cielo, nada nuevo porque sigue siendo el todo y la nada, el mejor viaje imaginable; y de Indonesia, de esta Indonesia hiper-turística que he visitado, empiezan a pesarme más los malos hábitos generalizados de sus locales con relación a los recursos económicos de los turistas que el negativo poso que éstos siempre dejan/dejamos sobre todo lo que tocamos. Me recuerdo llorando un completo vacío de simiente arrocera en Bandipur, y después me arañaron las entrañas los rayos del sol que caldeaba a más de cuarenta y cinco grados en Ahmedabad o Hassan, localidades que sumaban desdichas de agricultores cuyo llanto siempre nos será vetado tras titulares de Podemos, porvenir, o Jodemos, status quo de consonante pepera repetida, aunque mañana nadie los diferenciará, como siempre fue el fruto del egoísmo y genuina codicia latina. No obstante, fue Indonesia la que me quemó sin sol, la que me dio el tiro en la sien que ya se cocía en la distancia del amor. A modo de resumen creo que fue un viaje complejo, un viaje donde siempre quedaba alguien, a éste o al otro lado del teléfono o la charla. Un viaje donde nunca me faltó el azote o el susurro de cálido ánimo, aunque en ocasiones se mezclaran y confundieran entre ellos. Como exclamaría, con mala hostia castiza, el navarro que se nos acaba de marchar: ¿quién cojones necesita la luna mientras quede una voz por escuchar en el cuero desgastado que es este planeta?