Mercerreyas

Un lugar a tener en Cuenca

Lunes, 24 de julio de 2017

Cuenca

 

 

 

Cuenca

 

Un lugar a tener en Cuenca

Honestamente, yo soy de ésos a los que aún se le dibuja una sonrisa de simpatía cuando recuerda la coña aquella de Martes y 13 con lo de «hay que tener en Cuenca»… pero lo que no imaginaba era encontrar una ciudad-aldea tan hermosa en su trazado como vacía en lo social. Lo escribo porque Cuenca abruma con sus vistas y su catedral, cierto, pero angustia con lo desangelado de su casco histórico que parece, si sacas a los turistas que por allí nos meneamos, un decorado desangelado de peli histórica. Es inevitable, al mismo tiempo, recordar a Cesky Krumlov, la joya bohemia de República Checa, tras trepar otro peldaño de un risco o asomarte a un balcón o terraza para topar de bruces con un nuevo meandro de ésos que aquí el Júcar o el Huécar han cavado tan caprichosamente. Jornada bien lucida, en resumen, aunque uno deba silbar y mirar para otro lado con las notables referencias a Primo de Rivera o el yugo y las flechas que demasiado a menudo recuerdan que España sigue siendo presa de su pasado. Y mañana como los almendreros, carretera y manta que la feria aguarda entre la Ciudad Encantada y Albarracín, parada y fonda si encuentro un hotel que me convenza.

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