Mercerreyas

Día 36: Torres Cham de Po Nagar

Sábado, 14 de octubre de 2017

Torres Cham

 

Toda esta gente Cham, al igual que sucedía en Funan y Angkor en sus orígenes, era un pueblo de marcada orientación hinduista, influenciada por la religión propia del subcontinente indio (tal y como se aprecia en My Son o en Po Nagar) gracias a las estrechas relaciones comerciales que se dieron entre ambos pueblos. Hoy en día, curiosamente, la escasa población descendiente de esta gente Cham, que mantiene aún vivo su idioma original, profesa una marcada religión musulmana a diferencia de lo que pudiera presumirse por su raíz histórica o la posterior influencia vietnamita donde predomina la mezcla de Confucionismo, Taoismo y Budismo llamada Tam Giao (camino a la inmortalidad o triple religión).

Básicamente este imperio consistía en la unión de dos clanes (“Dua” y “Cau”), de ritos y costumbres distintas con, incluso, enfrentamientos ocasionales que siempre eran resueltos con uniones matrimoniales inter-clanes. Eran cinco los principados que conformaban el imperio: Amaravati, Vijaya, Kauthara, Panduranga y, finalmente el que más nos interesa por aglutinar como capital religiosa a My Son y como principal puerto comercial a Faifo (Hoi An), el principado de Indrapura cuya capital estaba próxima al actual Dong Duong. Y no solo nos interesa porque sus restos pueblen ahora estas páginas, sino porque este principado gobernó todo el imperio en su época de máximo esplendor hasta que, a comienzos del siglo XI, fue abandonado por la presión Viet para recaer el ámbito de poder Champa en el principado sureño de Vijaya (los restos de su capital se creen localizados en el sitio arqueológico de Cha Ban). De ahí en adelante, ya fue todo un sucumbir progresivo de regiones con el paso de las centurias ante el avance de la gente Viet hasta su definitiva extinción como imperio, por anexión total al actual Vietnam, en el primer tercio del mencionado siglo XIX.

Así, con estos datos básicos, nos encontramos con que el principado de Indrapura fue el núcleo de poder en la época de esplendor Cham y ello se debió, en puridad, a su control total en la región sobre el comercio de especias y sedas entre China, India, las islas indonesias y el imperio Abbassid con capital en Bagdad, es decir, prácticamente toda Asia. El omnipresente aspecto religioso, ante el poder obtenido, no tardó en aparecer en la rica región y cristalizó profusamente en los restos de los santuarios que se mostraban ante mí en ese momento. Mientras escribía estas líneas, la lluvia, hasta ese momento esporádica, comenzó a arreciar y a humedecer pingando de tonos oscuros muchos de los erosionados relieves de ladrillo atemporal. Me refugio en un santuario medio derruido escoltado por un lingam granítico, extasiado por el olor a selva mojada y con el gorgoteo incesante del agua que se filtra y cae por las grietas de una gopura desmoronada. Sigo, acurrucado, escribiendo…

Comienzos del siglo V. De aquí datan los restos más antiguos encontrados en la zona, principalmente un pequeño santuario erigido en honor a Shiva y una estela en la que se hace referencia a lo sagrado del lugar y a conceptos básicos hinduistas como el samsara (ciclo de reencarnaciones) y karma (los actos en esta vida serán consecuencia para tu próxima reencarnación). Segunda mitad del siglo VII. El hall original ha ardido y es solo un poso en la historia, pero el regente de la época decide restaurarlo y con él otros templos empiezan a brotar en el valle de My Son, de entre ellos destacan en cantidad y calidad de los consagrados a Shiva aunque el culto a Vishnú también tiene su peso. Precisamente de esta época data la estela a la que hacía referencia en el apartado de Funan y que emparentaba ambos reinos bajo la leyenda de Kaundiya. Pese a todo ello, todavía Indrapura era un principado en ciernes y no fue hasta los siglos X y XI cuando los reyes de una ya poderosa Indrapura edificaron buena parte de los vestigios notables que hicieron de la región, con seguridad, el mayor lugar de culto y grupo de estructuras religiosas en todo el imperio Cham.

Después llegó el horror. Llegó la guerra de Vietnam y con ella los bombarderos B52 yanquis que arrasaron, durante agosto de 1969, gran parte de una zona que, anteriormente, había tratado de ser cuidadosamente restaurada por los colonialistas franceses. Gran parte de las estructuras cayeron y, pese a los esfuerzos contemporáneos, la imagen que detona ante los ojos del viajero nada más pisar las ruinas, generando un profundo abatimiento, evoca todo lo duro que debió de ser la contienda bélica y el peso de la metralla sobre los santuarios, a todas luces injustificable e incomprensible.

Llegó el declive de My Son en pleno siglo XX pero ya antes la magia de la gente que lo alumbró había sucumbido, sumada a un poderoso e implacable estado Viet que ya se vaticinaba. Porque, para rematar todo el aspecto histórico de la región, es bueno dejar un par de pinceladas de quiénes eran esa gentes Viet que avanzaron implacables hasta absorber a toda la antaño poderosa y extinta gloria Champa.

La gente Viet (Nguoi Viet o Nguoi Kinh) es básicamente, y como ya comentaba, una etnia que ocupaba en origen partes del sur de China y del actual norte de Vietnam. Es este origen, acompasado con grandes periodos de dominación china Han, lo que ha cincelado su espíritu, cultura y religión hasta límites muy definidos ya que, si bien controlan y forman un estado en todo el litoral este de la península de Indochina y por ello están considerados como parte de ella, la realidad indica que podrían ser perfectamente un primo-hermano, lejano en todo caso, del pueblo Han controlador de la mayor parte del territorio de la China actual. No en vano recientes estudios genéticos demuestran que poseen un claro origen chino salpicado de rasgos de pueblos Thai-Indonesios. Y es probablemente este estrecho lazo con el gigante asiático el que, con seguridad, se tradujo en una presión que obligó a esta misma gente Viet a conquistar territorios hacia el sur, integrar al imperio Champa y acabar anexionando incluso las fértiles tierras del delta del Mekong, de raíz histórica, cultural y étnica más próxima a la gente Jemer, para dar forma al actual Vietnam. Unido de raíz a China por lazos históricos, Vietnam parece seguir siendo un deseo irrealizable de posesión por parte de China que hasta en el recién acabado siglo XX (enero de 1979) intentó vanamente su conquista, rechazada por la proverbial raza, ímpetu y sentido nacionalista de la gente Viet.

Apuntes de cultura Cham. Extracto de «Río Madre».

Written by David Botas Romero
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