Mercerreyas

Bohemia, lo que (a propósito) no se advierte

Lunes, 30 de julio de 2018

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Bohemia, lo que (a propósito) no se advierte

Andaba con ganas de darle una vuelta a lo sentido después de ocho días por tierras meridionales checas, y, tecleando, han surgido unos apuntes que, más allá de que desagraden poco o mucho, conviene tener en cuenta para que nadie se dé a equívocos o inesperados. A estas impresiones, personalísimas, sí os podéis atener sin temor a fraude. 

1. Cesky Krumlov sigue siendo maravilloso, sin duda. Ni cien puestos más de trdelnik lo van a empañar. Olvidad venir unas horas desde la capital porque esto se merece emplear un par de días. Y digo un par de días porque el pueblo se satura con day-trippers llegados desde Praga (principalmente) que se amontonan por las callejas. A partir de las cinco o seis de la tarde aquello baja de manera notoria y el pueblo, entonces sí, se aprecia en todo su esplendor. 

 

Lo de los orientales aquí, sin embargo, es punto y aparte ya que por algún extraño motivo Cesky Krumlov es un imán absoluto para ellos. En este tercer viaje he podido constatar que, lejos de ser una moda pasajera, el turismo oriental (chino en esencia) tiene a Cesky Krumlov en el centro de su diana. ¿Alguien desea practicar su mandarín, hindi o tailandés? 

 

Aquí podrá hacerlo sin problema mientras comparte una jarra de cerveza a su justo precio (sí, la cerveza checa es muy barata, un euro o menos el medio litro, olvidad Praga). ¿No es suficiente? No importa, tienes a Egon Schiele que brota a borbotones en cada meandro del Moldava si recuerdas sus obras; y si no ahí queda su museo, verbigracia de un pueblo tan relamido como conservador que nunca supo entender a su esqueje de segunda generación más rebelde. 

2. Incluso mejor que Cesly Krumlov es Trebon, con atmósfera idéntica, un casco histórico más reducido pero no menos hermoso, castillo humilde y unos alrededores repletos de lagos en los que pasear o, como hacen los visitantes checos, recorrer en bicicleta. Los turistas se reducen aquí a la mínima expresión y, si ya me dejó buen sabor de boca hace un año, en esta ocasión me ha enamorado del todo. La carpa que se cría en sus lagunas, por si fuera poco, es el manjar imprescindible en la Navidad de toda Chequia. Por si no queréis esperar, aquí, a lo largo del año, os la preparan en lomos marinados de medio kilo limpios de espina. 

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3. Idos.cz, ésta es la biblia del transporte público en Chequia. Los horarios están actualizados y es una verdadera gozada recorrer Chequia en buses siempre impecables, nunca llenos, puntuales y, mejor aún, baratos. 

4. Praga ha muerto de éxito. Está abarrotada de turistas dando igual la época del año en que la visites, los precios son de broma y la experiencia global es de puro producto comercial envuelto en sedas de turismo. 

 

En todo caso, qué duda cabe, es una ciudad preciosa que a poco que te escapes de lo más turístico te va a seguir regalando un entorno sublime de iglesias decimonónicas y tugurios acogedores. Si encima viajas en pareja es una perfecta ciudad del amor tanto por sus rincones como historia, museos o vida cultural entre la que sobresalen los conciertos de música clásica. 

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5. Por favor, no suméis con vuestros actos a la gentrificación. Es un problema global que afecta incluso a ciudades pequeñas como Donosti y conlleva un deterioro notable de condiciones de vida para la gente local. Es muy, muy importante elegir un hotel/hostal/apartamento lejos del centro para no agravar esta problemática. 

 

El transporte público, por fortuna, es buenísimo en Praga, y tanto con su metro como con su tranvía cubrís gran parte de la ciudad. Una vez más, cuesta tres pelas. Ejemplo, nosotros estuvimos en Jinonice, pegando al metro, y en menos de diez minutos nos poníamos en Stare Mesto, la ciudad vieja. 

 

De veras que da mucha pena ver cómo el centro histórico de Praga, ni Mala Strana o Hradcany se libran, se ha convertido en un circo comercial. Por desgracia toca asumir que ésta es otra batalla perdida dado el boom turístico de comienzos del veintiuno. Al final va a ser verdad que estamos todos gilipollas con lo de viajar sin importar cuándo, cómo o por qué… 

6. ¿Qué tomadura de pelo son los “free-tours”? Por naturaleza huyo de lo que resuene a producto comercial enlatado para turistas (no son nuevas mis recomendaciones de huir como de la peste de blogs de viaje), pero, para juzgar, nada como probar… ¡Qué cagada! Estos tours son un “revival” del viejo tour-operador pero en versión chusquera y de bajo coste gracias a chonis y canis orgásmicos (o erásmicos). 

 

Es la misma publicidad (come aquí -comisión-, cambia dinero allá -clin, comisión-, parada de descanso en esta cafetería -clin, clin, comisión-, ¿te interesa ir a Terezín o Kutna Hora mañana? -clin, clin, clin, comisión-), la misma basura de antaño pero, cuidado, ahora el guía, joven que vino de Erasmus y pronto vio que cualquier lugar mejor que la España que padecemos, no tiene ni puta idea si le sacas del discurso aprendido. Lo digo por experiencia y, acojonante por ser lo más tétrico, su discurso es un copia y pega de cutres guías de viaje. Ni más ni menos.

 

Como claro ejemplo os dejo este extracto del panel informativo del castillo de Praga donde, explicando las famosas defenestraciones, ya se advierte de las chorradas/errores que cuentan los guías y que, certificándolo, nos habían contado en el “free-tour” esa misma víspera. ¿Free?, ¿no has leído lo de las comisiones y el “nivelazo” del guía?, ¿pagarías porque te tomen el pelo y te frían a lugares con comisiones?… 

 

Tú decides. Hombre, si tienes un familiar que se dedica al tema, otro que come de recomendar esta bazofia u otro que suplica que te apiades de su futuro cuando regrese al secarral en que han convertido a España, pues coño, entonces sí, entonces suelta diez pavos por barba, invita a el/la guía a unas Pilsen y reza susurros por su futuro cada vez que vayas al servicio. Nunca entenderás la paradoja (otros nos meamos de risa) pero tendrás tu dosis de karma benévolo con aquello. .

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En resumen, que por suerte Chequia es muy grande, los turistas muy necios y, asociado a ello, los tentáculos del capitalismo lo suficientemente largos como para despejaros el camino si asumís que la vieja capital checa es una derrota necesaria para ganar un país soberbio, de gentes muy amables (de nuevo, olvida Praga y sus maleados currelas del sector terciario) y con lugares, que os mostraré en el vídeo de Centroeuropa a montar -probablemente ;-)- en agosto/septiembre, tan luminosos como inolvidables al calor de su afamada cerveza..

Written by David Botas Romero At:http://botitasenasia.blogspot.com/

E-Mail:botasmixweb@hotmail.com

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