Viernes, 16 de mayo de 2014
Imágenes de la preciosa ruta que une Purmamarca con San Pedro de Atacama, bordeando el Salar de Tara una vez se cruza por Jama, y de los sorprendentes Valle de la Luna/Valle de la Muerte. Atacama, por otra parte, es una porquería neo-hippie con precios inflados hasta el infinito que sorprende por cómo unos tipos que de jóvenes han ido de «teóricamente pobres» ahora pretenden forrarse de oro a tu costa por la vía rápida. Se supone que odian (o odiaban) el capitalismo junto al consumismo desaforado y, sin embargo, son los peores, con diferencia, cuando se montan su negociete y se ponen en el rol de jefe… madre que los parió. Si soy sincero tiemblo de pánico cada vez que aterrizo en un puticlub de estos, pero al menos a los asiáticos ya les voy cogiendo las vueltas y descubriendo vida normal en las periferias. En Atacama no lo haré en la puta vida, a mí ya me han visto el pelo por aquí. En fin, mañana rumbo a Tatio para ver los géiseres (mi hermano Ina se pregunta cómo demonios puede empezar un tour a las cuatro de la mañana. Muy sencillo: así te colocan otro tour a la tarde, estos tipos no tienen piedad…money, money), a la tarde a la laguna Cejar y pasado lagunas altiplánicas. Como locos estamos por salir pitando hacia Bolivia vía salar de Uyuni. Hemos acortado todo lo posible esta bazofia enclaustrada en el «Gringo Trail», turistada total (pagas tres por algo que cuesta uno y la calidad se reduce a un tercio), repleta de críos jodiendo el dinero de sus papás en su «gap year» y tipos zarrapastrosos encantados de ayudarles a ello. Por cierto, cincuentones (ya no engañan a nadie pese a las rastas) que aún no han descubierto que el agua aparte de beberse puede tener un uso higiénico. La coartada de que esto es el desierto y el agua es un bien escaso parece venirles de perilla…
