Laguna De Los Tres, un trekking para no olvidar

Si hay un trekking imperdible una vez en El Chaltén, ése es el que va hasta la Laguna De Los Tres, a pies del Fitz Roy, la mole que domina toda esta porción andina. Infunde temor, con razón, que sea una caminata de diez kilómetros (otros tantos de vuelta) en la que se salva un desnivel de casi novecientos metros. Esto, de por sí, es asumible. Lo malo es que los primeros cuatrocientos se salvan en los tres primeros kilómetros, luego suaves bajadas y subidas hasta el kilómetro nueve y, atención, cuando ya vas bastante tocado, un último kilómetro que es un muro literal. Se suben cuatrocientos veinte metros en un kilómetro, es decir, por casi cada dos metros que avanzas has de subir uno. Un tute infernal, con zonas donde más que caminar has de trepar, que nos tiene destrozados y con ganas de cama. Si el trekking de por sí es precioso, debajo quedan las imágenes, mucho mejor ha sido pillar el bosque de lengas, el árbol patagónico por antonomasia, con el colorido otoñal.

Caminábamos como hechizados en un cuento de hadas por espirales de colores verdes, amarillos y bermejos que, de algún modo familiar, me recordaban a aquel otoño en Kioto de arces no menos luminosos. Ahora dormir, que veinte kilómetros de marcha bien lo merecen, y mañana a la espera porque se avecina cambio de tiempo, viene lluvia (por eso nos hemos animados a hacer hoy, con buen tiempo, la excursión clásica así de sopetón), y quizás debamos posponer otro trekking hermoso como es el de Laguna Torre para pasado. Cansados pero felices porque por paisajes como éstos fue por lo que decidimos venir a Patagonia. Azota el viento en las ventanas y las primeras gotas caen. Que nos quiten lo bailado.