Po Win Daung, Myanmar desconocida

Más allá del fabuloso Bagan y de Mrauk-U, últimamente muy citado al haber sido golpeado por la insurgencia del estado Rakhine, las cuevas de Po Win Daung, cerquita de Monywa, se alzan como el tercer recinto arqueológico de todo Myanmar en orden de valía. Desde luego eso no implica que casi nadie sepa de ellas porque esto no deja de ser un país torturado y cerrado sobre sí mismo, de tal modo que es una odisea alejarse del sota, caballo y rey turísticos, pero, si se le da una oportunidad, es un lugar fabuloso. Mi hermano Roberto supo de ellas en el último vídeo documental que hice de este país que me tiene enamorado y tenía muy claro que quería verlas.

Pues no se hable más cuando, además, pillan excepcionalmente bien ubicadas a mitad de camino entre Mandalay y Bagan. El conjunto, trabajado entre los siglos catorce y diecisiete, destaca más por la calidad de sus pinturas que por las propias figuras del iluminado, y todo el recinto se va mostrando a cuentagotas entre innumerables cuevas excavadas en la pared de roca. Tampoco nos ha importado mucho que haya salido otro día de fuego ya que las hemos visitado a última hora de la tarde, hecho que me da va a empezar a ser la tónica habitual durante el resto de nuestro tiempo por este insoportable Myanmar a nivel climatológico, con termómetros rondando los cuarenta grados día tras día.  

Mañana otras tres horitas de bus hasta Bagan, un lugar del que no hay mucho que descubrir y sí mucho que celebrar ante un nuevo regreso ya que sufrió un terrible terremoto en dos mil dieciséis y los cariñosos habitantes de este precioso país, terremoto de por medio o no, siempre agradecen todo aporte que podamos ofrecerles a nivel económico y turístico.