Mercerreyas

India e Indochina en el horizonte

Jueves, 25 de mayo de 2017

India e Indochina

 

India e Indochina

Vietnam y Camboya serán el siguiente destino…

Llevo ya unas cuantas semanas con los billetes comprados para la escapada de finales de año a Asia y, al tiempo que sigo montando vídeos atrasados, creo que va siendo hora de ir desgranando aquí qué lugares a visitar tengo más o menos claros toda vez que sin textos de viaje el blog se marchita un poco.
De primeras será un mes lo que invertiré en un subcontinente indio que visito por sexta vez y, pese a que en un principio tuviera idea de pasar los últimos días por la zona central de Indore, en Madhya Pradesh, finalmente he preferido posponerla para otra futura visita y centrarme en exclusiva por el árido y tibetano norte. La razón es bien sencilla: ya he repetido muchas veces en charlas informales que todos los viajeros convergen en el concepto de que, a día de hoy, la cultura tibetana se disfruta más en zonas limítrofes al Tibet «oficial» chino (TAR) que en éste mismo. Además no es solo de oídas, sino que es algo que experimenté por mí mismo en la región de Amdo hace varios años. Si sumamos la colonización de etnia Han y la ridícula cerrazón china que obliga a contratar tours para visitar el TAR, el resultado obvio es que se acentúa dicha certeza y lo que ganan en interés estas zonas periféricas tibetanas olvidadas y remotas es directamente proporcional a lo perdido, por comercial y «enlatado», que se concentra en un TAR recurso de turistas pusilánimes. Razonamientos aparte, tras unos días chequeando traslados y zonas de interés he comprobado, algo que ya suponía, cómo toda la ruta que envuelve Srinagar, en la musulmana Cachemira, con Ladakh e Himachal Pradesh conlleva tanta previsión como flexibilidad debido a lo complejo de carreteras y escasez de opciones de transporte. En consecuencia, desconociendo cuánto me llevará en horas o días cubrir de x a y, lo mejor ha sido enganchar un vuelo nada más llegar desde Delhi hasta Srinagar el día diez de septiembre, empezar a trazar rutas y posibilidades de transporte o tour, y reservar casi un mes después, para el día seis de octubre, un vuelo de regreso desde Shimla hasta Delhi donde haré unos recados y desde donde volaré a Bangkok el día nueve. Ahora mismo y aún en fase preliminar, Leh, las rutas terrestres Srinagar-Leh y Leh-Manali, Manali y la región de Spiti son cruces fijas en mi itinerario, y otros tantos lugares serían deseables pero, como digo, todo dependerá del tiempo que invierta en cada sitio y de las condiciones climatológicas que obligan a viajar por esta región en época estival, antes de que las nieves corten las carreteras.
Vietnam y Camboya serán el siguiente destino con mucha probabilidad y cubriré el segundo mes de ruta con dos semanas en cada uno de ellos. Imagino que será inevitable que allí recuerde pasajes y anécdotas, ya seis años después, del viaje que parió «Río Madre«, mi primer libro. De aquí aún nada, quiero decir que no tengo nada claro cómo estructurar las dos semanas que pretendo pasar en cada país, aunque sí que me decanto, a priori, por descubrir la zona norte vietnamita (a punto estuve de recorrerla hace unos meses pero lo descarté en favor de regresar a Myanmar), y la sur jemer.
¿Y el tercer mes? Pues ahora mismo es una incógnita mayúscula. Por pura previsión he cogido billetes de tarifa flexible y, una vez allí, en función del estado físico y emocional, decidiré si regreso a casa o si me embarco en alguna otra historia que surja por el sudeste asiático porque China y Japón, recién visitado este último, los tengo descartados hasta 2018 mínimo. Quizás Malasia para recogerme de nuevo por Melaka o Georgetown, quizás Filipinas, un desconocido que me empieza a atraer en su vertiente natural, quizás Bali donde el tiempo pasa demasiado lento si sabes escaparte de la pijochila y turismo más rancio, quizás Isan y volver a cenar laab picante junto al Mekong… Quién sabe, solo con poder llegar hasta ese punto sin contratiempos ya estaré más que feliz.