Jueves, 6 de octubre de 2016
Valles centrales de Oaxaca.
Otra jornada en un nuevo «fregao», esta vez en ruta por los valles centrales de Oaxaca. Primera parada en Tule para ver la inmensa sabina con el tronco de mayor diámetro en el mundo y,de seguido, un par de fábricas, una de tapetes y alfombras (interesante el tema de los tintes naturales, especialmente el uso de la cochinilla) y otra de mezcal (la cata lo mejor, obvio). A raíz de aquí el tema ha subido en interés por la parada en Mitla, cuna de la Ciudad de los Muertos para la cultura zapoteca y sede de unas más que interesantes ruinas, y por el remate final en Hierve el Agua, único lugar que esperaba con especial interés. De este travertino, o cascadas de carbonato cálcico, ya hablé en el vídeo de las tierras eslavas, narrando los lagos de Plitvice que, en composición geológica, son muy parecidos a este entorno, y el caso es que no me ha defraudado en absoluto. Es cierto que me ha tocado tute para sacar unas fotos de la base (os aseguro que un puñado largo de escalones a casi dos mil metros de altura hacen pupa, y más si te están esperando y has de subirlos a contrarreloj), pero seguro que ha merecido la pena. Lo alucinante es que, sin llegar a la majestuosidad de aquellos lagos o del mismo y más famoso Pamukkale en Turquía, aquí el conjunto regala unas vistas de vértigo sobre las cordilleras montañosas y los valles que nos han dejado alucinados. En este aspecto sí que es insuperable Hierve el Agua. Mañana toca Monte Albán, más historia de otra de las muchas civilizaciones que han hecho de este país un Egipto americano, y rumbo a la noche a Chiapas. Así terminará esta primera etapa de viaje porque es casi seguro que en el estado chiapaneco bajaremos las revoluciones y todo lo plantearemos con un ritmo un poco más mexicano.
Enlace al reportaje grafico.
