Domingo, 17 de marzo de 2019
Apéndice de Khiva y prólogo de Bujará en imágenes
Se me quedaron en el tintero unas últimas imágenes de la mañana de ayer en Khiva que sumo a las de hoy por Bujará. Tecleo a ratos, pero ya adelanto que esta ciudad se va a llevar un palo gordo cuando mañana publique mis impresiones porque es de una tristeza mortal observar cómo lo que en Khiva eran madrazas reconvertidas en museos, de más o menos fortuna, aquí son tiendas de artesanía que encima no es ni autóctona (en lo importado gana India, en lo local triunfan los tejidos del área de Ferganá).
En todo caso hay que darle otra vuelta (quizás pasé otra mala noche), echar un vistazo a los alrededores y completarlos con los tres o cuatro iconos que se me han quedado en el debe para generar esa imagen global y justa. No miento si aseguro que una mañana aquí me ha bastado para añorar la naturaleza genuina de Irán, pese a sus circunstancias, aunque es justo reconocer que escribo a gusto y hasta me convenzo por momentos de que el viento empieza a soplar a favor, hinchando mis velas. Tanto que la espuma de mis olas anhela soñar con nuevas orillas, ahora que al fin soy consciente de que eso ni generó ni generará lágrimas ajenas de cocodrilo. Hay una noche cuajada de estrellas ahí fuera…
Entradas relacionadas
No os olvideis,porfa,de compartir las aventuras de David.Gracias
