Mercerreyas

Un lago olvidado

Sabado 4 de Mayo de 2019

{{ brizy_dc_image_alt uid='wp-2f2da5610f79916aa6dcca1c7d3aeb86' }}

Un lago olvidado

El caso es que debo reconocer que jamás podré volver a presumir de mi prodigiosa memoria. Me remito a las cicatrices sentimentales que ahora vuelvo a curar, cortesía de la misma mujer años después. Y a la belleza de un lago Inle que ya tenía traspapelado, también. En serio que no lo recordaba tan hermoso, ni por asomo. Sí recordaba la historia del hilo de loto y hasta las estupas, entonces al borde del derribo, de Indein. Poco más. Hoy amanece el lago Inle bajo mercados fascinantes, pueblos en palafitos como sacados de cuento, huertos generosos al límite de carga de tomates y calabacines o hasta templos evocadores. Ya no hay gatos saltando en el monasterio Nga Phe, ni falta que hace porque su colección de budas es abrumadora, a Indein le han lavado la cara, como a buena parte del lago, para hacerlo, si cabe, más atractivo; y la pagoda Phaung Daw U, faltaría, sigue enamorando con el proverbial cariño que profesa la gente Shan a cinco figuras de Buda tan demacradas por el pan de oro que asemejan torpes muñecos de nieve a punto de derretirse. 

Indefectiblemente han caído por maduras esas pintorescas estampas de vida pausada y pescadores de verdad (las fotos que os muestro, no nos engañemos, son de figurantes en nómina), pero, coño, bien que lo merecía esta gente que al fin parece poder cargar sus barcas con sacos de víveres y partir raudos, arrancando nuevos motores de gasoil adosados a sus barcazas. El precio a pagar, como en el resto del país, multitud de basura y plásticos acumulados en las veredas. A pesar de eso, que nadie lo dude, el lago Inle bien merece una visita por su idiosincrasia única en todo el planeta y, en mi caso particular, por la afinidad que siento por esta gente Shan tan íntimamente ligada al grupo étnico Tai-Kadai.

Tan a gusto estamos (la piscina del hotel y el clima suave hacen milagros) que alargamos un día más nuestra estancia aquí y mañana yo me piro a ver un monasterio junto a una cueva mientras Rober e Ina, por su parte, tiran más por enganchar unas bicis y pedalear a ver unas termas que visité con Ina hace diez años.

{{ brizy_dc_image_alt uid='wp-ebfb6effef925c3db6aa5d17411de1f8' }}

Escrito por: David Botas Romero

En:http://botitasenasia.blogspot.com/

E-Mail:botasmixweb@hotmail.com

{{ brizy_dc_image_alt uid='wp-2f2da5610f79916aa6dcca1c7d3aeb86' }}