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UNAM, universidad hecha arte

Viernes 28 de Febo de 2020

 Universidad Nacional Autónoma de México

UNAM, universidad hecha arte


Si citaba ayer la magia que desprende la capital mexicana desde sus murales, otro excepcional ejemplo de ello se da en el campus universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México. Nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en dos mil siete, la UNAM es la universidad con mayor número de alumnos en toda Latinoamérica además de una de las mejores en campos artísticos, tecnológicos y de investigación. 


El elemento que más admiración provoca, incluso por encima de los murales de Siqueiros, Chávez Morado o Eppens, es la increíble Biblioteca Central, forrada de murales en sus cuatro fachadas que embellecen, aún más, a un edificio precioso de por sí gracias a su arquitectura. Estos murales, obra de Juan O´Gorman, reflejan la historia de México desde sus tiempos prehispánicos hasta los actuales, una especie de tema perturbador para los muralistas de este país ya que es un tema extremadamente recurrido. Lo cierto es que estas fachadas no estaban proyectadas y mucho menos presupuestadas, pero fue tal el empeño que puso O´Gorman para su realización, incluso reduciendo su caché al mínimo con tal de ver cumplido su sueño.

 
Por encima de la sorprendente belleza del edificio, conformado por dos bloques de piedra volcánica adornados con alucinantes vidrieras de un ónix extrañamente ambarino, el mero dato de que la superficie total de los murales supera los cuatro mil metros cuadrados ya da una idea del ingente trabajo que afrontó el artista. El material con que están creados es vidrio, infinidad de cristales coloreadas traídos desde las regiones más insospechadas de México y encajados uno por uno.

 
O´Gorman, por último, fue no solo un artista notable sino un arquitecto de prestigio fuertemente influenciado por gigantes del tamaño de Le Corbusier o Frank Lloyd Wright. En su barriada natal capitalina, el bohemio Coyoacán, ejecutó la Casa-Estudio de Diego Rivera y el cercano Museo de Anahuacalli. De este último, por cierto, me han hablado tan bien que probablemente lo visite mañana o pasado para disfrutar de la colección de arte prehispánico que acumuló el artista mayúsculo y, por lo visto, también arqueólogo apasionado con la historia de su país.

 
La mejor forma de visitar el aparto mural de la UNAM es comprar un mapa de ubicación de los murales por diez pesitos o, si se prefiere, hacer la visita guiada, gratuita, que se oferta en el Centro de Visitantes, a un lado de la Rectoría. Yo en mi caso he preferido no hacer la visita guiada porque, básicamente, me parece absurdo que tengan que hacer una visita exclusivamente para una persona. Por suerte existe Internet y, mejor aún, el breve díptico que os cito ya refleja dónde hallar los murales, el elemento principal e icónico del lugar. Además, es un verdadero goce observar cómo aún quedan universidades reivindicativas donde los estudiantes entienden el recinto como un entorno de denuncia y revolución social, en clara contraposición al apaciguamiento borreguil tan característico de los recintos docentes en sociedades avanzadas. Un último detalle que no se me debe escapar. La parada de metro (línea tres) que corresponde a esta sección del campus es “Copilco” y no “Universidad”, que es la siguiente y última. Aparte de esta zona tan llamativa, existen otras que también pueden resultar interesante como el Centro Cultural Universitario al cual se accede con los “Puma Bus”, autobuses gratuitos que van haciendo rutas por la inmensa ciudad universitaria de la UNAM.

 
Cuando avanzaba la tarde, y dado que no me pillaba lejos, me he acercado al próximo (tres kilómetros) Teatro Insurgentes. Allí, de nuevo, la brillantez y talento de Diego Rivera hechos mural sobre la entrada del citado teatro. Se trata de otra descomunal obra, de cuarenta y seis metros de largo por diez de alto que, sorprendentemente, nadie sabe cómo se llama. La pintura se hizo, en su base, con material sintético que posteriormente fue recubierto con losas de mosaicos de vidrio traídas desde Italia. Lo primero que capta la atención por su ubicación central, generando una sonrisa de complicidad, es la figura del mítico Cantinflas. A su alrededor, desperdigados y mezclados, comediantes, bailarines, indigentes, indígenas y figuras clave de la insurgencia que desembocaría en la independencia, como Hidalgo o Morelos.


Universidad Nacional Autónoma de México

El Autor

David Botas Romero

Viajero imparable

Blog matriz

No os olvideis,porfa,de compartir las aventuras de David.Gracias